El objetivo de esta comunicación es observar, por un lado, las estrategias que fueron activadas por el Estado argentino en formación para lograr una presencia material y simbólica (como formas de apropiación y de incorporación) en los alejados territorios cordilleranos de difícil control como los valles andinos, espacios laberínticos por la presencia de la cordillera pero que, al mismo tiempo, fueron una importante fuente de recursos económicos y lugar de paso hacia Chile y Bolivia. Por otro lado, interesa destacar los resultados de dichas acciones. En este contexto, los grupos ilustrados dirigentes de la nación, con importantes intereses y recursos económicos, reforzaron sus alianzas con los grupos gobernantes a escala local e impulsaron innovaciones tecnológicas sobre el territorio. Éstas permitieron un mejor aprovechamiento de las rutas comerciales y, al mismo tiempo, un aumento de la presencia estatal reflejada en dichas obras, que pretendieron reforzar el sentimiento de pertenencia a la nación. Tanto comerciantes y empresarios particulares como el mismo Estado se unieron en la planificación y en la construcción de caminos y vías férreas entre Argentina y Chile y, también, en la instalación telegráfica con el objetivo de mejorar el tráfico comercial y llevar el "progreso". A su vez lo anterior fue realizado con la firme voluntad de "controlar" y "ordenar" este ámbito en los principios de las naciones civilizadas.
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